Como un sabio radiante de ignorancia,
el despertar brillante de las sabanas
y el desayuno tranquilo de los domingos
se convierten en un congratulado estimulo.
Saudade* de pasos,
de murmullo de voces
y el aliento de un suspiro que se escapa en el aire.
Abrir el periódico
y leer de lluvias que trajeron tempestades.
Abrigar furia
y sentir un látigo arrepentido de existir,
poseído, mugriento,
refugiado en las vísceras de las entrañas.
Y Volver,
volver a ti,
al olor inconfundible del amor,
de mi amor,
del amor que gobierna mi corazón.
Del que apacigua mi ánimo
y me refugia de mis miedos.
El domingo pasa así.
Pensando en que todo está perdido
y en que tu existes.
el despertar brillante de las sabanas
y el desayuno tranquilo de los domingos
se convierten en un congratulado estimulo.
Saudade* de pasos,
de murmullo de voces
y el aliento de un suspiro que se escapa en el aire.
Abrir el periódico
y leer de lluvias que trajeron tempestades.
Abrigar furia
y sentir un látigo arrepentido de existir,
poseído, mugriento,
refugiado en las vísceras de las entrañas.
Y Volver,
volver a ti,
al olor inconfundible del amor,
de mi amor,
del amor que gobierna mi corazón.
Del que apacigua mi ánimo
y me refugia de mis miedos.
El domingo pasa así.
Pensando en que todo está perdido
y en que tu existes.
Julio Meneses
*Saudade "bien que se padece y mal que se disfruta".
Acabo de encontrar un anuncio de uno de
mis compañeros de viaje por Málaga.
Yo fui el crazy taxi driver de Tommy Sandoval,
y puedo adjetivar este truco como un swich ollie saudade,
con unas cuantas caídas antes de poder difrutarlo.
Saudade como adjetivo para el monopatín,
no tiene ni ton ni son, pero a veces -o muchas-
quiero creerme mis invenciones mentales.
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