Sucesos de una noche bilbaina.
Alrededor de una mesa la cuadrilla bilbaina discutía sobre mil y una historias, el forastero se unió a las discusiones de una forma desenfadada ya que era la segunda vez que los veía en el Bar del centro. De pronto la chica que estaba a su derecha pronunció la frase mágica, -yo leo literatura clásica. Girando su rostro noventa grados y risueño -le preguntó ¿Literatura clásica, qué lees a Homero? y sus ojos observaron el piercing encima de sus dientes. No -respondió ella, clásicos como Tolstoi de la literatura realista Rusa.
Después de vinos y cervezas entre miradas se recomendaron autores, compartieron gustos y pequeñas pinceladas de sus vidas. Su pensamiento lo traicionaba y sus ojos la miraban con lujuria e incandescencia... Que moderna -pensó él. Aún así no puede dejar de pensar en sus rodillas y en su exótico nombre.
Después de vinos y cervezas entre miradas se recomendaron autores, compartieron gustos y pequeñas pinceladas de sus vidas. Su pensamiento lo traicionaba y sus ojos la miraban con lujuria e incandescencia... Que moderna -pensó él. Aún así no puede dejar de pensar en sus rodillas y en su exótico nombre.
A veces nos deleitamos con trucos en grandes escaleras o haciendo barbaridades en barandillas, pero después de muchos años lo que me importa es la suavidad y el estilo en los pequeños detalles. Él tiene el estilo y ella una simple belleza con rodillas perfectas.
"esa necesidad de olvidar su yo en carne extraña, es lo que el hombre
llama noblemente necesidad de amar"
Baudelaire
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