Canción del Pirata.
(...)
Y del trueno
al son violento,
y del viento
al rebramar,
yo me duermo
sosegado.
Arrullado
por el mar.
¿Qué es mi barco? Mi tesoro.
¿Qué es mi Dios? La libertad.
¿Mi ley? ¡La fuerza y el viento!
¿Mi única patria? ¡La mar!
José Espronceda. 1808/1842.
Sentimos el influjo del mar, la realización de nuestros sueños, de aventuras. Hombres individualistas, curtidos en peligros y avezados en las luchas de la Mar. No son más que historias de aventuras, escritas desde la imaginación. Igual que la novela La estrella del Capitan chimista- Pio Baroja. 1872/1956.
No son más que unos burgueses del interior queriendo soñar con vidas de piratas. Unos románticos de mesa, tenedor y cuchara. No somos más que acomodados burgueses con una tabla bajo el brazo buscando aventuras en viajes exóticos, enganchados a chutes de adrenalina que nos da la mar.
Románticos del siglo XIX, novelistas del siglo XX, surferos
cosmopolitas del siglo XXI y aún así, la esperanza de la libertad,
la Mar.
Urdaibai y sus sirenas |
Kresala eta askatasuna
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