Mi gordo va al loquero.
Ya es tarde para que mueras joven,
así lo atestigua tu larga barba blanca.
Ya zarpó el barco al nuevo mundo
donde descubrieron que el fruto
más abundante en los vergeles
es el aburrimiento.
Sólo te fuiste fiel a ti mismo.
Sólo un valiente puede serlo,
mas todos intuyen el precio.
Te ganaste el respeto
de los poetas,
de los calaveras,
de los lobos de mar.
Pero por las noches
su admiración no es un consuelo
para llenar ese extraño agujero
en el pecho.
Mañana lo intentarás una vez más.
Te expondrás al mar
y rogarás que te lleve con él,
que te haga eterno.
Pero ya eres perro viejo
y hasta Poseidón te indulta
por tus huevos.
Caerá otra noche.
La luz tenue de tu santuario
desvelará las lineas de libros
que te hacen sentir
que, en otro tiempo,
en otras tierras,
hubo lobos con mil almas como tú.
Sonarán canciones de desdicha
y creerás que te las han escrito a ti.
Pero no.
Recuerda:
No estás solo,
por ser un desdichado.
Te sientes solo
porque es el castigo de los valientes.
Pedro Navarro "el hippie"
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